deseo
Si realmente fueses un niño, un auténtico niño, en lugar de preocuparte por lo que no puedes hacer, contemplarías la Creación en silencio. Te acostumbrarías a mirar con calma el mundo, la naturaleza, la historia, el cielo.
Si realmente fueses un niño, en este momento estarías cantando aleluya a las cosas que tienes delante. Entonces, libre de las tensiones, de los miedos, y de las preguntas inútiles, aprovecharías este tiempo para esperar, curioso y paciente, el resultado de las cosas en las que tanto amor pusiste.
(Carlos Caretto, ermitaño italiano)
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