El valle de tena
Os recomiendo que gastéis uno de vuestros valiosos fines de semana visitando el Valle de Tena.
Tuvimos la suerte de estar allí un fin de semana de junio junto a los doctores. Habíamos estado anteriormente en el Valle de Benasque y nos pareció muy triste la escasez de agua y lo gris del paisaje, pero al menos en ésta otra zona del Pirineo aragonés, vimos mucha vegetación y muchas cascadas a lo largo del camino.
La primera excursión fue un P. R. hasta la localidad del Pueyo de Jaca, bajamos a lo largo del río Gorgol hasta el pueblo, intentando ver algún sarrio o algún martín pescador, pero no hubo suerte. Las perras sí que debieron ver algo en una de sus escapadas, y debió ser más grande que ellas porque volvieron con el rabo entre las patas y mirando hacia atrás. El resto del camino lo hicieron a nuestro lado.
A los maravillosos paseos de que podemos disfrutar en el valle, hay que añadir la enorme calidad humana de la gente del Pirineo, como bien sabéis muchos de vosotros que habéis pasado allí grandes temporadas... Cenamos en “La Cabaña”, propiedad de los hermanos Bráviz, y más tarde, una copa en el “Ibón”, local de reunión y encuentro para todo tipo de público.
La segunda excursión fue un intento de G. R. hasta que los pulmones nos dijeron “basta”, y es que subíamos desde La Sarra a lo largo del cauce del río Gállego, hacia Respomuso, y nos quedamos a medio camino, nos comimos un muesli, un trago de agua y para abajo. Para iniciados no está mal. Hoy seguro que los seis que íbamos tenemos más capacidad torácica y el corazón más alegre.
Tuvimos la suerte de estar allí un fin de semana de junio junto a los doctores. Habíamos estado anteriormente en el Valle de Benasque y nos pareció muy triste la escasez de agua y lo gris del paisaje, pero al menos en ésta otra zona del Pirineo aragonés, vimos mucha vegetación y muchas cascadas a lo largo del camino.
La primera excursión fue un P. R. hasta la localidad del Pueyo de Jaca, bajamos a lo largo del río Gorgol hasta el pueblo, intentando ver algún sarrio o algún martín pescador, pero no hubo suerte. Las perras sí que debieron ver algo en una de sus escapadas, y debió ser más grande que ellas porque volvieron con el rabo entre las patas y mirando hacia atrás. El resto del camino lo hicieron a nuestro lado.
A los maravillosos paseos de que podemos disfrutar en el valle, hay que añadir la enorme calidad humana de la gente del Pirineo, como bien sabéis muchos de vosotros que habéis pasado allí grandes temporadas... Cenamos en “La Cabaña”, propiedad de los hermanos Bráviz, y más tarde, una copa en el “Ibón”, local de reunión y encuentro para todo tipo de público.
La segunda excursión fue un intento de G. R. hasta que los pulmones nos dijeron “basta”, y es que subíamos desde La Sarra a lo largo del cauce del río Gállego, hacia Respomuso, y nos quedamos a medio camino, nos comimos un muesli, un trago de agua y para abajo. Para iniciados no está mal. Hoy seguro que los seis que íbamos tenemos más capacidad torácica y el corazón más alegre.
2 comentarios
Anónimo -
javi -